Ciudad Cuauhtémoc, Ecatepec, Estado de México
Las instalaciones del Centro Comunitario tienen una larga historia. En los primeros años de la década de los 80, cuando se conformaba la nueva colonia en el Cerro de Chiconautla, en los límites del Estado de México, las familias quisieron tener un colegio y fue por su esfuerzo que se construyeron, ladrillo a ladrillo, con el trabajo de todos ellos en faenas con una organización comunitaria tradicional. Muchas de las familias afectadas por la tragedia de San Juanico vinieron a este cerro a vivir.
Después de más de 30 años, las condiciones de los espacios del edificio no cubrían los requerimientos de las autoridades educativas. Llegó a suceder que se negó la incorporación del preescolar y por este motivo, se buscó un nuevo terreno donde se levantó un nuevo colegio.
En 2017 al trasladarse el colegio al nuevo espacio, las hermanas de la Compañía de Santa Teresa pensaron que, ante la realidad de la comunidad, sería importante disponer de estas instalaciones para servicios comunitarios.
Se realizó un estudio y se establecieron relaciones con otras organizaciones que trabajaban en los barrios de Ciudad Cuauhtémoc. En un trabajo conjunto se diseñó el tipo de Centro Comunitario que sería significativo.
De esta manera, en el segundo semestre del año 2017 iniciaron las actividades del Centro Comunitario, de acuerdo con su misión y visión: talleres formativos para adultos, espacios creativos y de desarrollo personal para niñas, niños y jóvenes.
En el año 2020 al declararse la pandemia de Covid19, el Centro Comunitario suspendió las actividades regulares para dedicar sus esfuerzos en el acompañamiento de las situaciones que las familias vivían: se repartieron despensas, se ofreció apoyo educativo a los niños y niñas que lo requerían y acompañamiento emocional de manera individual y familiar, de manera qué aunque las actividades grupales regulares se cerraron, se siguió muy de cerca acompañando y respondiendo a las necesidades que surgieron.
Un año después, al aminorar la intensidad de la pandemia, se reconfiguraron las actividades para una mejor respuesta a las necesidades de las y los miembros de la comunidad.
En el Centro Comunitario atendemos aproximadamente a 400 niños y niñas entre los 5 y 12 años, las principales actividades que se ofrecen para este sector es el apoyo escolar, talleres culturales, curso de verano así como eventos comunitarios.
La población juvenil es un sector que sigue siendo un reto para nuestro centro ya que ha sido complicado mantener presente en este espacio. En promedio se han acercado alrededor de 35 adolescentes que se encuentran entre los 13 y 17 años, siendo informática, inglés, guitarra, asesorías y sobre todo apoyo psicológico los servicios que mejor responden a sus necesidades. Por otra parte, jóvenes de 18 a 29 años, han sido atendidos mediante el proyecto Preparatoria Jóvenes Con Rumbo (segunda oportunidad), realizado a través de la organización Servicios a la Juventud (SERAJ), que ofrece la oportunidad de concluir estudios de bachillerato así como obtener una capacitación técnica que les permita acceder a un empleo formal; se graduaron ya 47 beneficiarios y actualmente se encuentra en proceso una segunda generación con 35 jóvenes inscritos.
Población mayor de 30 años: han sido atendidos un aproximado de 120 usuarios, de manera directa, siendo el sector más fuerte las mujeres en especial de la tercera edad, los servicios más solicitados por este sector son apoyo psicológico, acompañamiento emocional, Círculo de mujeres, talleres diversos. A nivel general, en eventos comunitarios la participación de adultos es en promedio de 300 personas.
El Centro Comunitario se proyecta también hacia afuera de sus instalaciones a través del apoyo a personas vulnerables de la comunidad, enfermos, mujeres solas, y personas en situación de calle. Dentro de la proyección comunitaria del Centro, a partir de marzo del 2023 se ha venido ofreciendo un taller de crecimiento humano a un grupo de mujeres en el Reclusorio de Chiconautla; inicialmente las sesiones fueron mensuales, desde enero 2024 se incrementaron a 2 sesiones por mes.
Nuestro equipo se integra principalmente de voluntarios y colaboradores de los cuáles 25 son adolescentes y jóvenes que apoyan esporádicamente ya sea en el curso de verano o en talleres como es el caso de los prestadores de servicio social o practicantes. Alrededor de 20 personas que fungen como facilitadores, talleristas, educadores o personal que presta servicio de limpieza o mantenimiento; dos psicólogas, una hermana Teresiana y una coordinadora. De todo el equipo únicamente 3 personas perciben una remuneración económica. El equipo de SERAJ se integra como parte del CCCC en la práctica cotidiana, manteniendo una independencia administrativa y económica.